Will Smith y su hijo Jaden interpretan al General Cypher Raige y su hijo Katai, quienes se embarcan en una misión especial que los llevará de regreso al planeta Tierra, mil años después de que fuera abandonado porque supuestamente era imposible que mantuviera la vida humana y estaba a punto de haber un cataclismo que acabaría con la vida en el planeta.
Al llegar al planeta, un asteroide golpea la nave, que cae a la deriva sobre la superficie, estrellándose aparatosamente en un bosque tropical húmedo (síiiiiii, San Carlos!!!). Curiosamente todos mueren en el accidente menos Cypher y su hijo. Sin embargo, el padre queda seriamente herido y es necesario enviar una señal de salvamento, algo así como una bengala pero en versión espacial, que, nuevamente, por esas casualidades de la vida, quedó en la cola de la nave, que se desprendió a varios kilómetros de donde se encuentran los sobrevivientes.
La película se desarrolla con Katai librando peligros en el bosque tropical y nevoso (Hollywood aprove), mientras su padre trata de sobrevivir y ayudar remotamente a su hijo.
En general me gustó, pero me queda claro por qué ha sido un fracaso en taquilla: se vende una aventura llena de acción post-apocalíptica, pero en realidad es casi un drama intimista, donde se explora de forma tibia, la difícil relación de padre e hijo y la lucha de este último para superar el miedo y alcanzar su meta.
En algunos momentos la acción es muy lenta y las escenas más emocionantes, no levantan a nadie de sus asientos.
Talvez si la oferta publicitaria fuera diferente y la gente fuera a ver otra cosa, no se sentirían tan defraudados. Definitivamente colocarla frente a Fast & Furious 6, como una alterativa en el mismo género, fue como poner a David contra Goliat y sin resortera.
Ahora bien, la película me gustó, como dije antes, pero COSTA RICA SE VE FENOMENAL. El bosque siempre verde, árboles enormes, helechos, hierba, el Volcán Arenal... se lució La Forturna de San Carlos.
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