viernes, 21 de junio de 2013

Trespass


Este thriller propone una historia interesante, pero que no logra levantar en su desarrollo.

Inicia presentándonos a los personajes:  Kyle (Nicolas Cage), un vendedor de diamantes que vive en una mansión de ensueño con su esposa Sarah (Nicole Kidman) y la hija de ambos Avery (Liana Liberato), formando una familia muy a la moda, con problemas serios de comunicación e intrigas no expuestas, que provocan recelos entre los esposos, sin que lo conversen abiertamente.

Mientras Avery se escapa por una ventana, evadiendo los sofisticados sistemas de seguridad de la mansión, para irse a una fiesta con sus amigos, una banda de delincuentes, disfrazados de policías, irrumpen en la vivienda y exigen a Kyle que abra la caja fuerte para que les entregue los diamantes que ahí guarda.

Kyle se niega a abrir la caja hasta tanto dejen libre a su esposa, ya que se da cuenta de que los delincuentes les matarán en cuanto logren lo que quieren.

La película discurre en el estira y encoge entre los esposos a quienes se añade su hija, que llega inesperadamente y los ladrones, entre amenazas y agresiones.  Se desarrolla un poco por debajo, la división que existe entre los delincuentes, relación explosiva que revienta en algún momento de la película, añadiendo tensión a la situación de secuestro.

Cada personaje tiene confesiones que hacer, los esposos sobre su relación como pareja, Kyle sobre su verdadera situación económica, Sarah sobre su intención de traicionar a su esposo con uno de los delincuentes (que resulta ser el encargado de colocar el sistema de seguridad, unos días antes), los secuestradores sobre sus relaciones, familiares y delincuenciales, y sus temores frente a personajes no presentes en la película, pero que al parecer son los que presionan la comisión de ese secuestro y robo.

El problema es que esa intromisión a los pensamientos y sobre todo a los sentimientos de los personajes, no termina de ser creíble.  Por momentos pareciera una tragicomedia en la que en cualquier momento saldrá Zeus para lanzar unos cuantos rayos y terminar todo en una escena de humo y fuego.

La tensión no logra colarse en las venas del espectador y eso hace que la película sea un poco aburrida por partes, lo cual en un thriller, es pecado mortal.

No me disgustó, no es abiertamente mala, pero tampoco la volvería a ver, no es una película para recordar.



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