jueves, 27 de junio de 2013

Wild Target


Esta retorcida comedia británica, nos lleva a través de la vida surrealista de una serie de desconocidos que por los azares de la vida, terminan juntos.

Rose (Emily Blunt) es una ladrona de arte, que se las ingenia para colocar un Rembrant falso con un comerciante por 900 mil libras.  Ferguson (Rupert Everett), el estafado, contrata a Victor (Bill Nighy), un asesino a sueldo reconocido como el mejor en su oficio, para que mate a Rose.

Victor, quien no solo está orgulloso de su trabajo, sino que viene de una línea familiar de asesinos a sueldo a quienes da continuidad, pero que está presionado por su madre, porque pasados los cincuenta años, sigue soltero y sin herederos, falla en varios intentos por acabar con Rose.

Al parecer Ferguson se desespera por la falta de efectividad en la misión encargada y contrata a otros sicarios, ya no solo para matar a Rose, sino, de paso a Victor.  En alguna de las vueltas de la historia, un muchacho de la calle, Tony (Rupert Everett), quien nunca ha tocado un arma de fuego, recupera la pistola de Victor y con ella elimina al sicario que los tiene contra la pared, metiéndose de cabeza en la historia.

Tony, Victor y Rose huyen juntos por varios lugares, perseguidos por varios sicarios, hasta que llegan a la casa de Victor, donde para no alargar lo inevitable, Victor se enamora de Rose y se despierta en él una parte que jamás había conocido, de felicidad, de brillo, de colores... hasta que Rose se entera del trabajo de Victor y abandona la casa, solo para ser capturada por los sicarios, que junto con ella, llegan a la casa de Victor para asesinarlos.

Al final, con la intervención de la mamá de Víctor, se salvan de la muerte nuevamente y los lazos entre ellos se fortalecen.

El papel de Bill Nighy como un británico flemático, casi como de la realeza, frío, disciplinado, obsesivamente ordenado y pulcro y además asesino es fascinante.

Muy buena película.

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