sábado, 14 de septiembre de 2013

The Butler


Aun estoy lagrimeando.  Es increíble lo que me conmueve la lucha del ser humano por superar sus barreras, defender lo que le hace persona, lo que llamamos derechos.

Y eso es esta historia, un maravilloso relato que nos habla de libertad, de compromiso con uno mismo, deseos de plenitud, de ser uno mismo, a pesar de los obstáculos, a pesar de la horrible represión, permitir que el alma se exponga y triunfe.

Esta película es eso, es un vistazo en dos horas, del triunfo del espíritu humano, de lo mejor que nos compone, de eso que nos hermana y nos hace parte de una misma esencia.

The Butler (El Mayordomo), basada en una historia real, cuenta la vida de Cecil Gaines (Forest Whitaker), un niño que vive con su familia en una plantación de algodón en el Sur de Estados Unidos, en los años 20's, cuando a pesar de que la esclavitud no existe en el papel, en la práctica nada ha cambiado y la vida de un afrodescendiente sigue valiendo menos que la de un animal de carga.

El señor de la plantación asesina a su padre a sangre fría, solo por reaccionar ante la violación de su esposa (la madre de Cecil).  La madre de este asesino decide acoger a Cecil en la casa señorial y le enseña a servir, como un 'negro de servicio'.  Cuando crece, Cecil entiende que debe irse, o correrá el mismo destino que su padre, por lo que deja la plantación y llega a Washington, donde labora temporalmente en un hotel, donde sus habilidades para el servicio se perfeccionan y llama la atención del jefe de personal de la Casa Blanca, que termina contratándolo.

Sirve como mayordomo de ocho presidentes, desde Dwight Eisenhower (Robin Williams), hasta Ronald Reagan (Alan Rickman).

Desde tan icónico lugar, Cecil no solo presencia el desarrollo de los movimientos de derechos civiles que al final logran, con terribles costos humanos, cambios significativos en contra de la discriminación, sino que es en si mismo, un luchador por lo que cree, por demostrar que es una persona y no un sub-humano.

Realmente tenía mucho tiempo de no ver una película tan buena.  La actuación de Forest Whitaker es fantástica, al igual que la de Oprah Winfrey como la esposa de Cecil, Gloria.  También me impresionó la personificación que Robin Williams hizo de Eisenhower.

La lucha del ser humano por la igualdad y la justicia, parece no tener fin.  Entre tantos desencantos, ver el retrato de una lucha exitosa, es reconfortante.

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