sábado, 31 de agosto de 2013

Elysium


La historia me sorprendió.  Cuando esperaba otra película de futuros apocalípticos, Elysium me mostró un futuro aterrador que me mantuvo pendiente de cada giro durante toda la película.

En un futuro cercano, se crea una estación espacial que orbita al planeta, Elysium, donde la gente adinerada se retiró a vivir, dejando la porquería de planeta que quedó tras los abusos al medio ambiente, a la gente pobre.  La trama se desarrolla entre un futuro Los Ángeles, donde como era de suponerse, la mayor parte de los pobres y miserables que se quedaron viviendo son latinos, y la estación espacial.

Max (Matt Damon) es un rebelde sin causa que trabaja en una fábrica de robots (para uso en la estación espacial) y en un accidente laboral, recibe una sobreirradiación nuclear, por lo que le diagnostican una semana de vida.  Elysium no es solo un paraíso perfecto para gente perfecta, sino que todos los adelantos tecnológicos son de su uso exclusivo, incluyendo grandes avances científicos en la curación médica, que extienden la vida humana en cientos de años.  Sin embargo, la gente de la Tierra tiene una atención médica de tercera, sin ningún acceso a la alta tecnología, ni a los avances médicos.  Sabiendo esto, muchos se arriesgan a viajar clandestinamente, al estilo mojado, a la estación espacial, a pesar de que la mayor parte mueren en el trayecto, asesinados por las buenas personas de Elysium.

Max, sabiendo que su única salvación está en la nave, busca a un coyote que lo lleve y como no tiene dinero para pagar su viaje, acepta una misión para clonar el cerebro, justo del Gerente de la fábrica donde trabajaba, John Carlile (William Fichtner), quien por su parte está tramando una rebelión en Elysium, junto con la jefa de seguridad de la estación, Delacourt (Jodie Foster), quien además es una verdadera bruja desalmada.  Para cumplir su misión, le instalan un exoesqueleto que potencia sus funciones físicas, pero las cosas no salen como esperaban y resulta herido y perseguido por un equipo élite del ejército.

Obtiene ayuda de una amiga de la infancia, Frey (Alice Braga), quien es enfermera, y luego de una serie de eventos, resulta metido en una nave militar, junto con Frey y su hija enferma Matilde (Emma Tremblay), llegando a generar caos a Elysium.

Realmente disfruté esta película.  Acción bien lograda, una historia muy atractiva y actuaciones realmente buenas, sobre todo las de Jodie Foster como la bruja maldita de Delacourt y la de Sharito Copley, quien interpreta a un mercenario llamado Kruger, que hace el trabajo sucio de Delacourt.

Además no puedo dejar de preguntarme qué pasaría en una situación extrema como la descrita en esta película, con un discapacitado como yo... espeluznante...

Smurfs 2


Bueno si, los pitufos son un tema muy atractivo, sobre todo para quienes de niños nos bebimos toda la serie animada por TV, y digámoslo con sinceridad, uno no espera una joya cinematográfica de una película sobre ellos, pero es que esta segunda entrega me dejó como con un gran vacío.

La historia muy light, pretende demostrar que padre no es el que engendra, sino el que cría, para lo cual se valen del secuestro de la pitufina, justo el día de su cumpleaños, para llevarla nada menos que a París, donde Gargamel es un mago reconocido que vive de su fama.  Este mago malvado tiene a dos criaturitas más, Vexy y Hackus, creadas del mismo modo que la pitufina, y que al final tienen el mismo dilema que ella... ¿es su papá Gargamel, o lo es acaso Papá Pitufo?

Confabulando con la familia que ya los acogió en la primera entrega, compuesta por Patrick (Neil Patrick Harris), Grace (Jayma Mays) y su entonces bebé, que ahora es un niño llamado muy oportunamente Blue (Jacob Tremblay), acompañados del padrastro de Patrick, Victor (Brendan Gleeson), quien traslada el dilema pitufino de la paternidad hasta una familia humana.

Me gusta la forma de crear a los pequeñitos y su interacción con los humanos, muy bien logrado, pero la historia es extremadamente melosa para mi gusto.

domingo, 4 de agosto de 2013

Seance: The Summoning


Seance es como se conoce a lo que en español llamamos 'sesión espiritista', o sea, un grupo de gente sentada alrededor de una mesa, tomados de la mano, convocando a un espíritu.

Pues en esta sesión participan cuatro jóvenes:  Joey (Bobby Campo), Eva (Nazneen Contractor), Marcus (Chris Olivero) y Sara (Devon Ogden).  Eva dirige la sesión, ya que tiene un origen supuestamente cubano, ligado con la santería y su abuela era una oficiante de esa religión.  Por su parte Sara es una cristiana probablemente católica y al parecer muy creyente de su fe.  Joey, novio de Eva, es el descreído, que apostó con su novia para que hicieran la sesión y si nada sucedía, él demostraría que la vida es lo que los existencialistas creen:  el espacio entre el nacimiento y la muerte, sin nada más.  Por último, Marcus es oficial de seguridad de la morgue, y además quiere hacer un documental de la sesión, que se realiza en su 'lugar de trabajo', en medio de ataúdes y muertos.

Una vez que comienza la sesión, Eva entiende que hay un espíritu oscuro en el lugar y propone cancelar el acto, pero ante el reto de su novio, acepta continuar, advirtiendo que una vez que se abra el vínculo con el 'más allá' no puede romperse o quedará abierto.  Ella no sabe que Joey ha cargado con una presencia durante toda su vida y ha requerido ayuda psiquiátrica y medicación para dejar de oir 'voces tormentosas', de ahí su falta de fé en todo, ya que liga las creencias por espíritus con una 'enfermedad' que estima curada.  Pues al iniciar nuevamente la sesión, Joey siente la voz con fuerza, se asusta, rompe el círculo y permite que el espíritu, que luego entienden es un demonio poderoso, se apodere de su cuerpo.

La película difiere del género en que al final los intentos exorcistas los realizan los mismos muchachos, a falta de sacerdotes u otras autoridades en la materia.

No está mala, pero a veces rayan en la propaganda, como cuando ponen anuncios de Coca-Cola en las películas de acción, solo que aquí es propaganda católica.  Es más, si no fuera porque el tratamiento del catolicismo raya en la herejía, hubiera jurado que Ratzinger mismo había colaborado con el guión.

Mi decepción mayor es que llegué a esta película porque estuve viendo la serie de ABC Kyle XY, que debido al abrupto final de su tercera temporada, cancelada por la cadena a destiempo, me provocó conocer más de lo que han hecho sus actores, y me intrigó mucho el caso de Chris Olivero, que desde que se canceló la serie en el 2009, lo único que ha hecho es esta película y realmente pasa sin pena ni gloria, su actuación insípida y su personaje totalmente prescindible... no entiendo que pasaría por la cabeza de su agente.

Está entretenida, si no hay nada mejor que hacer y nos sobran palomitas y refresco.