sábado, 28 de septiembre de 2013

The Mortal Instruments: City of Bones


Esto es como Harry Potter en versión Underworld.  La película propone que todos los cuentos son ciertos y por eso ver a Cersei (Game of Thrones) de madre de Blanca Nieves, pues no deja de parecer una probabilidad válida en este mundo con tan pocos o ningún límite.

La película si me gustó, no es una maravilla, pero entretiene.

La historia es un poco enrevesada, pero es atractiva.

Propone la historia de una adolescente, Clarisse (Lily Collins), que empieza a ver cosas que aparentemente no están ahí, y a dibujar un símbolo que no comprende.  Su madre Jocelyn tiene algo que contar a su hija sobre sus recientes descubrimientos, pero no se decide a hacerlo, y al final no le da tiempo, porque unos demonios horrorosos la persiguen y la secuestran.

Clary inicia una búsqueda de su madre, descubriendo de paso a una sociedad secreta, los Cazadores de Demonios, que gracias a uno de sus miembros, Jace (Jamie Campbell Bower), se une en la búsqueda.  Conforme empieza a adentrarse en el mundo de las sombras, empieza a descubrir cosas de ella misma, como que su mamá también es una Cazadora y que lo fue su papá, antes de convertirse al lado oscuro, experimentando con el Cáliz de Raziel, del que originalmente bebieron algunos humanos, creando una raza híbrida humanos/ángeles que se convirtieron en los cazadores.  Jocelyn robó el cáliz y se escondió por muchos años para proteger a su hija... hasta ahora.

También se ve arrastrado en la aventura el mejor amigo de Clary, Simon (Robert Sheehan), con quien se arma un triángulo amoroso, ya que siempre ha estado enamorado de Clary, aunque nunca se lo ha dicho, pero ella está enamorada de Jace, quien le corresponde.

Clary encuentra el cáliz solo para descubrir que su padre no había muerto y sigue persiguiendo el sagrado objeto, al punto de no dudar en dañar a la misma Clary o a Jace, que al parecer es hermano de Clary.

La historia concluye en un punto lleno de incógnitas, que supongo dará pie a otra película, así que esperaremos a ver que nos deparan estos instrumentos mortales.

Los efectos son muy buenos, los conceptos de ángeles, demonios, religión, otras criaturas, como hombres lobo, vampiros, brujas y demás, son consecuentes con lo generalmente aceptado.  No propone muchas novedades, aparte de la existencia de Raziel y de una raza que desciende de él (o ella).

Las actuaciones se ven sobrepasadas por la acción, así que no se puede afirmar que hayan sido buenas, ni malas, pero si se ajustaron a lo que la película demandaba.

Algunas partes son un poco lentas, pero duran muy poco y pronto regresa la vorágine de muertes demoniacas.

Interesante.




Ego


Esta película sueca es realmente refrescante.  Una historia que no es pretenciosa, pero tratada con gusto, realmente diferente al cine que normalmente nos llega.

La historia nos presenta a Sebastian - Sebbe - Silverberg (Martin Wallström), un joven con sueños de ser una gran estrella de la música, pero que entre tanto, trabaja en una tienda de ropa.

Su preocupación por su imagen personal es casi enfermiza y eso le hace además ver el mundo con ese lente de la perfección, viviendo en una burbuja de clubes, mujeres, licor y amigos a la medida de sus parámetros de lo que es aceptable.

Cuando logra una oportunidad en una disquera, sufre un accidente que detona un aneurisma, que le quita la vista.  La situación lo regresa a la casa de sus padres y lo pone en una actitud muy agresiva con la vida, como reclamándole por robarle su oportunidad y su vida.  Sus padres tratan de buscarle un asistente que le ayude con sus asuntos personales, para que se adapte a su situación, lo cual no es nada fácil por la ira con que se maneja Sebastian, hasta que llega Mia (Mylaine Hedreul), una joven atractiva, pero que definitivamente no se ajusta al modelo de sílfide que acostumbraba Sebbe.

Sin embargo, Mia es agradable, simpática, paciente y saca de Sebastian lo mejor de si mismo, no solo a nivel personal, sino como músico, comprometiéndolo con la honestidad en sus letras y la entrega en sus melodías.

Al final, el diario convivir lleva a estos jóvenes a enamorarse, solo para ser interrumpidos por una operación que devuelve a Sebastian la vista.  Recuperando la visión, Sebbe regresa a su vida anterior en la que Mia no calzaba por ninguno de los cuatro costados y es esta parte de la película la más rica en argumento y actuación, porque nos presenta la lucha interna de Sebbe contra sus propios demonios.

Realmente es una película digna de verse, excelente.



jueves, 26 de septiembre de 2013

The Lucky One


Sic transit gloria mundi
Toda la gloria es efímera

Con semejante frasecita tatuada en la espalda, Logan (Zac Efron), un soldado desplegado en Irak, se acerca a un montón de escombros, donde cree ver algo, encontrándose la foto de una joven mujer.  En ese momento, una bomba explota justo donde estaba sentado con sus compañeros, matándolos a todos, menos a él.

Tras terminar su servicio, regresa a casa de su hermana, donde encuentra un ambiente poco amigable, muy común cuando regresa un soldado de la guerra y nadie en casa sabe qué hacer con él, como si fuera la urna que contiene las cenizas de un muerto: ¿dónde ponerlo?

Logan entiende pronto que ese no es su lugar y decide partir, junto con su perro Zeus, en busca de la misteriosa mujer de la foto.  Por esas cosas de las películas de las que es mejor no cuestionarse para poder disfrutar el resto de la historia en paz, viajando a pie, encuentra un pueblo alejado en el que el rostro de la foto tiene nombre:  Beth Green (Taylor Schilling).

Beth vive con su abuela Ellie (Blythe Danner) y su hijo Ben (Riley Thomas Stewart), donde dirigen un hogar para perros, donde los entrenan y los cuidan cuando sus dueños están de viaje.

Logan trata de explicar a Beth cómo llegó al lugar, pero una confusión lleva a otra y termina contratado como ayudante del Hogar, para pronto terminar enamorado de Beth, lo cual les trae a todos un huracán de problemas, en la figura del padre de Ben, exesposo de Beth, quien no solo sigue enamorado de ella, sino que la considera de su propiedad.

Es una película hermosa, la exposición de los personajes está muy bien trabajada, se entiende lo que los mueve, se vive con ellos las frustraciones que los detienen para ser felices.

No creí que me gustara tanto una película de Zac Efron, talvez ayudó que tenga cara de adulto y ya no use el pelo teñido de rubio, pero esta realmente me gustó.



lunes, 23 de septiembre de 2013

Wolverine Inmortal


No me apuré mucho para ver esta película, sobre todo porque los comentarios que leí en Facebook y Twitter no eran muy favorecedores.  Algún amigo posteó que luego de una hora de película deseaba tener las garras de Wolverine para librarse de tanto sufrimiento.  Pero al final, me animé y no me siento defraudado.

La película si es un poco lenta en algunas partes.  Hay más muertes que en las películas de Rambo y definitivamente pudo cortarse un poquitín por aquí y por allá, sin que sufriera mucho, pero con todo, me gustó.

Wolverine (Hugh Jackman) aparece luego de la debacle mutante donde perdió a muchos de sus amigos, incluyendo a Jean (Famke Jamssen), quien sigue persigiéndolo en terribles sueños que no lo dejan en paz.  En este estado precario de existencia, se encuentra auto-exiliado en un pueblo de montaña alejado, desde donde es abordado por Yukio (Rila Fukushima), una experta con la espada japonesa, que además ve el futuro, y que le transmite un mensaje del señor Yashida (Hal Yamanouchi), un exsoldado japonés a quien Logan rescató durante la segunda guerra mundial y que al borde de la muerte, quiere que vaya a visitarlo a Japón, para despedirse de él.

Una vez en Japón, el señor Yashida revela sus verdaderas intenciones:  brindarle a Logan lo que siempre ha querido, la muerte, transfiriendo sus habilidades mutantes para la curación, de forma que él mismo vivirá por siempre, con lo que ambos quedarán satisfechos.  Logan no acepta el trato y Yashida muere, desatando una bola de nieve de acción, muertes, mas muertes, muchas más muertes, en las que Logan termina protegiendo a la nieta de Yashida y heredera de su fortuna, Mariko (Tao Okamoto) a quien grupos aparentemente mafiosos, quieren matar.

En medio de toda esta vorágine de sangre y huesos, Viper (Svetlana Khodchenkova), una mutante muy venenosa, introduce en el cuerpo de Logan un parásito que anula su poder mutante y lo vuelve muy vulnerable, por lo que mucha de la acción que se desarrolla en la película, nos muestra a un Wolverine más humano, menos dios, y aun así, implacable y luchador.

El desenlace de la película realmente no se espera desde el inicio, sorprende positivamente, bien construido y muy bien articulado entre la violencia, la coreografía de las artes marciales y la tecnología de última generación.

Y por si fuera poco, luego de los créditos nos brindan un enganche al resurgimiento de los X-Men, que de verdad se ve atractivo... veremos con que salen.

Como dije al inicio, la película abusa de la matazón, en momentos se vuelve un poco lenta, es demasiado larga (dos horas), pero entretiene y al final, al menos este zaguate, quedó satisfecho.



domingo, 22 de septiembre de 2013

Riddick


La tercera de la saga, nos trae a Richard B. Riddick (Vin Diesel) como rey de los Necróferos, viviendo y aburriéndose en la corte y soñando con regresar a su planeta Furya.  Uno de los cortesanos logra engañarlo diciéndole que conoce el camino para llegar a su planeta, que no se encuentra en ningún mapa y que sólo él en su mente lo conserva, para al final, tenderle una emboscada y abandonarlo en un planeta inhóspito, cuyo día es terriblemente caliente y la noche horriblemente fría.

El planeta tiene algunas criaturas alienígenas, que como era de esperarse, son totalmente voraces y tratan de engullirse a Riddick desde el primer momento.  La primera parte de la película nos relata como se adapta a su medio, sobreviviendo a veces por la mínima, pero recuperando una naturaleza animal, que él mismo reconoce como perdida por haberse dejado conquistar por la urbanidad de la corte.  En el proceso, se hace de un compañero, una criatura medio perro y medio hiena, que logra domesticar, para convertirse en un leal amigo.

En algún momento aparece en el horizonte una tormenta enorme, que atemoriza a su perro y que Riddick entiende no es precisamente la lluvia milagrosa que hará crecer lindas flores del terrible desierto donde vive, por lo que decide que es el momento de partir, para lo cual, llega a unas instalaciones especiales para atrapar criminales, siendo que él mismo ahora es un prófugo de la justicia, activa una alerta espacial, que trae al planeta a dos grupos de cazarecompensas, uno desastroso de un origen más o menos latino (su líder Santana, Jordi Molla, habla español con acento de España) y otro que parece más profesional, liderado por Boss Johns (Matt Nable) que incluye en su tripulación a Dahl (Katee Sackhoff), que añade un toque lésbico al ambiente, aunque no queda claro durante la película.

Riddick les deja un mensaje en las instalaciones, advirtiéndoles que dejen una nave y se vayan o se atengan a las consecuencias.  Bueno, pues las consecuencias son realmente entretenidas.  Entre la cacería de los cazarecompensas a Riddick y de él a sus contrapartes, hasta las condiciones mortales que ofrecen las criaturas del planeta, la acción es realmente buena.

Mención aparte para los efectos especiales.  Las criaturas están muy bien logradas y particularmente el perro compañero de Riddick podría retomarse en una película de Pixar y convertirse en el ídolo infantil del 2013, super bien hecha y combinada con su amo.

Realmente una buena película.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Nosotros los Nobles


Esta es una comedia mexicana muy bien lograda.

Nos cuenta la historia de la familia Noble, multimillonaria, formada por el papá Germán (Gonzalo Vega) y sus tres hijos Javi (Luis Gerardo Méndez), Chaz (Juan Pablo Gil) y Barbie (Karla Souza).

Mientras Germán está ocupado ganando cada vez más dinero, sus hijos andan sueltos por el mundo, con una billetera sin fondo, y sin ninguna guía que los encarrile en la realidad.  Su madre ha muerto hace unos años, y Germán ha decidido que su deber es darles una buena vida, descuidando el contacto con ellos.

Pero en algún momento abre los ojos, ver lo mal que van sus caminos y decide fingir que cayó en quiebra, que le embargan todos sus bienes y valores y se lleva a sus hijos a una casa de pueblo, en abandono, que en su momento fue la casa de su propio padre.  Ahí fuerza la situación para que sus hijos se vean obligados a buscar trabajo.  A brincos y a saltos los tres consiguen trabajos y son buenos realizándolos, Chaz como oficinista en un Banco, Barbie como mesera en una Cantina y Javi como chofer de una pesera (especie de microbús del DF). 

Pero las mentiras son insostenibles y cuando el tinglado de Germán se cae, viene un desenlace realmente bueno, que nos muestra como sus hijos enfrentarán al mundo sin límites del que salieron unas semanas antes.

Aunque es una comedia, y realmente tiene momentos muy cómicos, lo que más me gustó es el tratamiento que le dan a los personajes.  Sin hurgar exhaustivamente en sus personalidades, si nos muestra aspectos tan reales que incluso llaman a la reflexión.  Las conductas de los hijos de Germán son también un efecto de su propia conducta hacia la vida desde que su esposa murió, dedicándose de lleno a los negocios y abandonando el cuidado personal de sus hijos, faltando a sus actividades, e incluso desconociendo los problemas de salud que padecen.

Verlos interactuando con la gente de pueblo, también muestra con precisión lo difícil que es ser pobre, en el DF o en cualquier lado.  Pero de igual forma nos muestra la maravilla del ser humano, que cuando quiere se sobrepone de cualquier dificultad.  Nos retrata el valor que todos tienen, sin importar su origen humilde o adinerado y cómo las oportunidades pueden hacer cambios de vida.

La película me gustó mucho.  Las canciones también, bien buscadas.  Me hizo gracia reencotrar a Annette Fradera como coordinadora musical; la recuerdo de mi estadía en México del 2001, una diva.



martes, 17 de septiembre de 2013

Les seigneurs


Muy interesante comedia francesa.

Patrick Orbéra (José García) es un jugador de futbol venido a menos, que fue el gran número 10 en su tiempo, pero que luego de retirarse del futbol, ha pasado de escándalo en escándalo, es bajito, regordete, peludo, de barba y bigote y si alguien me dice que es Maradonna, no podría creerlo.

Pues cuando alcanza el piso, y luego de agredir a un presentador de televisión estando borracho, un juez le impide ver a su hija de 10 años, y teniendo que demostrar que puede tener un empleo fijo, una casa y dejar de beber, llega a una pequeñísima isla en la Bretaña Francesa, que se dedica a la pesca de sardina, que tiene un equipo de futbol de canchas abiertas a punto de clasificar y que necesita urgentemente campeonizar, para que se le permita jugar contra el Marsella de la primera división, y con ello obtener un premio que les permitirá recuperar la enlatadora de sardinas de las garras de algún Banco.

Pues en estas condiciones llega Orbéra a este pueblito para entrenar al FC Molene, a una cancha a la orilla del mar, y con los pescadores que son también los jugadores del equipo.  Orbéra le explica a Titouan Leguennec (Jean-Pierre Mariele), el presidente del pueblo, que la única forma de clasificar será contratando jugadores de verdad.  Ante la falta de dinero, Orbéra decide reclutar a sus compañeros de equipo retirados, y es aquí donde se arma el carnaval.

Cada uno de los reclutados tiene sus propios síndromes de estrés post-traumático, porque a todos los afectó de una u otra forma dejar lo que amaban sin saber que hacer después, y conjuntarlos en pos de una misión, salvar la isla, es realmente difícil, aun con su propia complicidad en la meta.

Y es que no es para menos:  uno es paranoico, otro cocainómano, otro se retiró porque le falló el corazón, otro es un ególatra pretendiente de actor, otro tiene problemas de ira, en fin... todo un cóctel.

Sin ser un peliculón, es una película con humor fresco y entretenida.



Los muertos no se tocan, nene


Esta comedia española del 2011, está filmada en blanco y negro, lo cual lo pone a uno en ambiente, para ver las peripecias de una familia de clase media española de finales de los 50's.

Bueno, de clase media no auto-reconocida, porque siguen tratando de vivir como si fueran adinerados, tal y como alguna vez fueron.

El colocho familiar es realmente divertido:  un bisabuelo moribundo, Fabián; su hijo Mariano, el abuelo, su hija Luisa, el esposo de ella, Pablo, sus hijos Fabiancito y Elenita y por último su criada Abelarda.

Si ya la mecánica familiar de estas cuatro generaciones se presenta apropiadísima para una comedia, la historia inicia con la muerte de don Fabián, para seguir con su vela y su funeral.  En medio de este sencillo tránsito al más allá sucede absolutamente de todo, desde la aparición de la hermana de Luisa, Clara, con su correspondiente marido, Iñaki y el hijo de estos Marianín, caídos en desgracia en ojos de don Mariano, cuando Clara resultó embarazada antes de casarse, pecado que no fue expiado ni siquiera con el sagrado matrimonio; hasta el técnico que instalará la televisión en la casa, justo en el cuarto del aun fresco fallecido don Fabián, que inmediatamente, aun y cuando nada se ve en la tele, porque la señal de las antenas es muy débil, es declarada la sala de la tele.

El universo en el que vive esta familia, fiel reflejo de una realidad que ya no es, pero que sigue tan presente en nuestros imaginarios, es deliciosa para espiarla desde el lente del cine.  Ver como la moral pública, no se correspondía con la lujuria privada, y que lo sagrado solo lo es ante la necesidad de mantener un estatus, que en cuanto podemos quitarnos de encima no lo dudamos, como cuando se saca un zapato que te ha apretado toda la mañana, es un ejercicio tan necesario en nuestra vida diaria, que no podemos dejarlo pasar.

Realmente una buena comedia, de humor cuidado, fino, inteligente y que no pasa sin más, deja ese gusanillo que llama a la autoreflexión.




domingo, 15 de septiembre de 2013

Instructions not included


Vaya sorpresa.  Quería ver esta película que se ha convertido en la más taquillera película latina en Estados Unidos.  Pero de todos modos, esperaba algo así como una versión bilingüe de Derbez en Cuando.  Prejuicioso que es uno.  Porque hay que decirlo, la película es impresionante.

Es una comedia tirada a drama o un drama con muy buenos chistes, pero lo cierto es que entretiene, atrapa, te hace reir y llorar, te compromete con los personajes, en fin, muy bien lograda.

Valentín Bravo (Eugenio Derbez) es un soltero mujeriego en Acapulco, que le teme al compromiso.  Un día, sin previo aviso, una de sus antiguos quereres, una gringuita llamada Julie (Jessica Lindsey), con un sorpresón:  una niña de diez meses, llamada Maggie (en la mayor parte de la película Loreto Peralta), su hija.  Y como las sorpresas no vienen solas, lo deja con la niña y se va del país.

Valentín, que no tiene idea de qué hacer con la niña, se va a Los Angeles con ella, para tratar de encontrar a Julie y devolvérsela.  No mas llegando (como dirían los mexicanos) la deja sola en un cuarto, sube a una habitación en un décimo piso y desde el balcón, ve a la niña acercarse gateando a la piscina y sin pensarlo dos veces, se avienta (muy very mexican estoy) para salvarla.  Ahí se consolida un vínculo de amor que lo acompaña el resto de la película.

Es contratado como doble de acción y así mantiene a Maggie, hasta el regreso inesperado de Julie, cuando la niña ya tiene 7 años.

El desenlace es tan inesperado y tan bien resuelto, que realmente queda uno llorando por lo menos otros cinco minutos.  Bueno, de todos modos a mi no me cuesta llorar con estas historias.

Creo que algunas partes de la película muestran imágenes muy gastadas tiradas a los preconceptos del latino, del gringo, de los cineastas, pero este precalentamiento, que en cambio si es muy gracioso, termina pronto y nos deja adentrarnos en los personajes, en el amor, en el compromiso de un padre por su hija, relación que además no es común en el cine.  Y esto lo logra de forma magnífica.

Tanto Eugenio como la niña, Loreto, se roban el corazón del espectador.

Muy sorprendido, realmente muy sorprendido, de la forma más agradable posible.



Jobs


Empiezo por la parte más cuestionada de la película:  Ashton Kutcher en el papel de Steve Jobs.  A mi me pareció una excelente actuación, se metió muy bien en el papel, incluso físicamente el parecido es sorprendente.

Pasada la tormenta, pues vamos a la película.

Jobs en realidad no nos cuenta la historia de Steve, sino la historia de Apple.  Desde sus inicios en la cochera de su papá, junto con Steve Wozniak (Josh Gad), hasta la presentación del iPod en el 2001.

Nos da una mirada interesante sobre todo lo que es ya conocido, los inicios, los primeros éxitos, Apple II, Macintosh, el despido de Steve, su reingreso, las nuevas Apple.

Debajo de la historia conocida, nos cuenta de una forma muy ligera lo difícil que es mantener una compañía, cuando quien la fundó, quien la soñó y quien representa su vida, no es necesariamente su dueño y tiene que responder a una junta de accionistas, que no tienen interés en los ideales que la fundaron, sino en ganar dinero, aun a pesar de esos ideales.

Pero me queda con una deuda enorme.  La misma historia de la empresa es revisada de forma muy superficial.  Y lo que más extrañé es adentrarme en la vida de Steve Jobs, en sus sufrimientos, sus alegrías, sus impulsos.

De pronto lo muestran como un ogro insensible y egocéntrico, que parece fue una de sus facetas, pero no pasan de ahí.  Incluso con su familia, nos muestran como renegó de su paternidad y de su hija, para luego mostrarlo con una vida familiar plena... y entonces, qué pasó, lo poseyó el espíritu de Martha Stewart?

Steve Jobs y Apple son actores principales de nuestra historia moderna y por eso, creo que merecían una historia mejor contada.



sábado, 14 de septiembre de 2013

White House Down


En la misma línea de Olympus has fallen, esta película nos muestra un ataque directo a los huevos del águila, la Casa Blanca, centro neurálgico de la más grande potencia de la actualidad.

Aquí John Cale (Channing Tatum), un aspirante a agente secreto, que está haciendo una visita turística en la Casa Blanca junto con su hija de 11 años Emily (Joey King), se ve envuelto en una intrincada operación terrorista, para hacerse con el Presidente Sawyer (Jamie Foxx) y claro, con los famosos códigos de lanzamiento de los misiles nucleares de esa nación.

Comandados por Walker (James Wood) el jefe del servicio secreto, que resiente la muerte de su hijo en Afganistán, un grupo de resentidos sociales altamente entrenados en operaciones militares, toma la Casa Blanca, barre con toda la seguridad y por un momento capturan al Comandante en Jefe, pero aquí entra nuestro héroe Cale, quien como diríamos en perfecto tico, salva la tanda.

Claro, la salvada de tanda le cuesta bastante, dándonos oportunidad de ver como se llevan al límite las supuestas medidas de seguridad extrema del Avión Air Force One, la Bestia-limosina y la misma Casa Blanca.

La acción es impresionante, bien estructurada, con escenas de acción logradas impecablemente.

El suspenso es exquisito, en algún momento parece imposible que la trama se resuelva y eso nos lleva a esperar que se lanzarán con alguna escena imposible para terminar la película con final feliz y nooo, sorpresa, el desenlace es inteligente y bien logrado.  Aparte de que el supuesto desenlace, no es el verdadero y se vienen unas escenas finales geniales.

Muy buena película de acción y la participación de Emily es fundamental, sin abusar de su imagen de niña para convertirla en superdotada, sino solo con lo que uno se imaginaría que cualquier niña de su edad podría ofrecer.

Realmente la disfruté.



The Butler


Aun estoy lagrimeando.  Es increíble lo que me conmueve la lucha del ser humano por superar sus barreras, defender lo que le hace persona, lo que llamamos derechos.

Y eso es esta historia, un maravilloso relato que nos habla de libertad, de compromiso con uno mismo, deseos de plenitud, de ser uno mismo, a pesar de los obstáculos, a pesar de la horrible represión, permitir que el alma se exponga y triunfe.

Esta película es eso, es un vistazo en dos horas, del triunfo del espíritu humano, de lo mejor que nos compone, de eso que nos hermana y nos hace parte de una misma esencia.

The Butler (El Mayordomo), basada en una historia real, cuenta la vida de Cecil Gaines (Forest Whitaker), un niño que vive con su familia en una plantación de algodón en el Sur de Estados Unidos, en los años 20's, cuando a pesar de que la esclavitud no existe en el papel, en la práctica nada ha cambiado y la vida de un afrodescendiente sigue valiendo menos que la de un animal de carga.

El señor de la plantación asesina a su padre a sangre fría, solo por reaccionar ante la violación de su esposa (la madre de Cecil).  La madre de este asesino decide acoger a Cecil en la casa señorial y le enseña a servir, como un 'negro de servicio'.  Cuando crece, Cecil entiende que debe irse, o correrá el mismo destino que su padre, por lo que deja la plantación y llega a Washington, donde labora temporalmente en un hotel, donde sus habilidades para el servicio se perfeccionan y llama la atención del jefe de personal de la Casa Blanca, que termina contratándolo.

Sirve como mayordomo de ocho presidentes, desde Dwight Eisenhower (Robin Williams), hasta Ronald Reagan (Alan Rickman).

Desde tan icónico lugar, Cecil no solo presencia el desarrollo de los movimientos de derechos civiles que al final logran, con terribles costos humanos, cambios significativos en contra de la discriminación, sino que es en si mismo, un luchador por lo que cree, por demostrar que es una persona y no un sub-humano.

Realmente tenía mucho tiempo de no ver una película tan buena.  La actuación de Forest Whitaker es fantástica, al igual que la de Oprah Winfrey como la esposa de Cecil, Gloria.  También me impresionó la personificación que Robin Williams hizo de Eisenhower.

La lucha del ser humano por la igualdad y la justicia, parece no tener fin.  Entre tantos desencantos, ver el retrato de una lucha exitosa, es reconfortante.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Percy Jackson: Sea of Monsters


Ok, como diría el queridísimo Abel Pacheco, enough is enough.

La primera entrega de esta saga me gustó mucho, imaginativa y fresca, a pesar de que la crítica la destrozó sin piedad, pero esta secuela creo que lleva las cosas a extremos que nunca debieron transitarse.

Percy (Logan Lerman) semidios hijo de Poseidón, recibe la noticia de que tiene un medio hermano, otro semidios, cíclope, de nombre Tyson (Douglas Smith) y en medio de un ataque de celos por no ser único y al parecer tampoco el más querido hijo de su padre, se ve envuelto en una búsqueda del tesoro junto con sus compinches Annabeth (Alexandra Daddario) hija de Atenea y el Sátiro Grover (Brandon T. Jackson), con la meta de encontrar una reliquia conocida como el vellocino de oro y que tiene propiedades curativas, imprescindibles para sanar a Thalia, la hija de Zeus que fue convertida en árbol y que protege la escuela de semidioses de las amenazas del exterior.

Thalia fue envenenada por Luke (Jake Abel), hijo de Hermes, quien ha sido seducido por Cronos, que lo necesita para que encuentre el vellocino de oro y lo utilice para liberarlo de la maldición que lo tiene cautivo en el Tártaro.

La misión de Percy y compañía los lleva al mundo común, en el que se encuentran con muchos seres mitológicos, que se confunden disfrazados entre los hombres, al mejor estilo de los extraterrestres de Men in Black.

La travesía es un ajiaco entre la Iliada y Piratas del Caribe que realmente confunde a propios y extraños.

No me malentiendan, la película es entretenida, los efectos especiales muy bien logrados, las peleas más importantes son impresionantes y de alguna forma la idea de modernizar una historia de 6 mil años de antigüedad, pues no deja de ser atractiva, pero en general, la historia está llevada demasiado a los límites de la ridiculez y eso la hace perder fuerza.

Planes


La magia de Pixar sigue intacta.  Esta película, contrario a lo que me imaginé antes de verla, no es solo una secuela de Cars, es realmente una ventana a todo un mundo maravilloso de objetos animados, que vuelan.

Es la historia de Crophopper Dusty, una avioneta fumigadora, que sueña con ser un avión de carreras, algo así como un corredor de Fórmula 1 pero volador.

Y entonces Pixar nos empieza a recetar parábolas para nuestra evangelización:  Dusty lo tiene todo en contra, es una avioneta rural, con un motor que no está preparado para la velocidad, sino para el trabajo arduo, un fuselaje tosco y oxidado que tampoco es ideal para la velocidad, y por si fuera poco, ¡le tiene miedo a las alturas!, así es, Dusty tiene miedo de volar muy lejos de la tierra, lo cual es indispensable para apovechar las condiciones ambientales y dar más velocidad a los vuelos de carreras.

Pues aun y con todo en contra, se embarca en una carrera alrededor del mundo, a la que entra por la mínima, y que lo enfrenta a sus héroes de toda la vida, los mejores aviones de carreras que existen.

Para esto cuenta con el apoyo de un avión militar que ya no vuela, porque supuestamente es un héroe de guerra lisiado y se mueve solo remolcado por un carrito muy simpático, y evidentemente solo por tierra, pero al parecer en sus días fue un as del vuelo, lo cual da esperanzas a Dusty de que puede ser mejor, y de alguna manera, mejora mucho, aprende y se enfrenta a los grandes.

Las penurias para mantenerse en la competencia y su interacción con los otros participantes, pone esa chispa maravillosa que siempre nos atrapa en las historias de Pixar.

Muy bien lograda, me gustó.



domingo, 1 de septiembre de 2013

Salmon Fishing in the Yemen


¿Cómo se me había pasado este peliculón? Realmente maravillosa, una historia super inteligente, atractiva, con los sentimientos aflorando con cada salmón que se asoma en la película.

Basada en el libro de Paul Torday, la historia aparenta inocencia para contarnos tantas cosas, que al terminar el cerebro empieza a reconectar todos los cabos sueltos dejados expresamente para ese trabajo mental.  Disfrazada en una historia de amor, hay sórdidas historias de engaño y preopotencia de política y guerra, impresionantemente parecidas a la realidad.

El Dr. Alfred Jones (Ewan McGregor), experto en piscicultura, es contactado por Harriet (Emily Blunt), para evaluar un proyecto que pretende llevar salmones británicos al Yemen, financiado por el Jeque Muhammed (Amr Waked).  El proyecto se ve enturbiado por la participación realmente terrorífica de la asistente de prensa del Primer Ministro Británico, Patricia Maxwell (Kristin Scott Thomas), quien mueve los hilos del gobierno para apoyar o boicotear el proyecto, según sea del interés de las audiencias oficiales.

Luego de superar muchos prejuicios, el Dr. Jones se matricula de lleno con el proyecto y llevan los salmones al Yemen, donde tras un periodo de adaptación, son liberados para pasar la prueba de fuego:  ¿nadarán rio arriba, como corresponde a un buen salmón?

En medio de todo esto, se desarrolla una historia de amor entre Alfred, cuyo matrimonio está justo sucumbiendo para entonces y Harriet, cuyo novio fallece en una emboscada a su patrulla en Afganistán.  Este amor se mueve lentamente, moviéndose con mucho cuidado, como con miedo a que algo se rompa, todo para que en un desenlace inesperado, la tienda de cristal se desmorona completamente y las decisiones tienen que tomarse de una vez, sin más pausas ni esperas.

Por otro lado, el Jeque se muestra como un hombre maravilloso, casi un sabio, que es perseguido por sus propios coterráneos que no le perdonan sus nexos con occidente.  Su aporte a las vidas de todos los que participan en la historia es contundente y esta forma de mostrar a un árabe me pareció excelente, justa, clara, sin cuentos preconcebidos.

La película realmente me capturó.